jueves, 23 de junio de 2011

Espuma de Chorizo

Las pasadas navidades, me regalaron un sifón para hacer espumas. La verdad, todavía no lo había estrenado, pero hoy, reorganizándo un poco la cocina, lo he visto al fondo de la alacena y me he animado a hacer algo. Pensaba qué podría hacer, y cómo estaba fotografiando unos chorizos de Sierra de Sevilla, he pensado hacer algo con ellos...
He pensado que ¡claro!, una espuma es algo etéreo, mientras que un chorizo, es algo bien sólido, así que lo que he hecho es extraerle el sabor al chorizo, para hacer una espuma con ese sabor...
He cortado cubitos del chorizo, que he puesto a freir, a fuego lento-mediano con aceite de oliva virgen extra. Al hacerlo así, el aceite va tomanto poco a poco, el sabor del chorizo. Repito, a fuego lento, no queremos quemar el aceite. Después lo he colado y he reservado los trocitos de chorizo, que ahora se han convertido en unos torreznos de chorizo. He pensado que servirían de guarnición. De esta manera hemos conseguido un riquísimo aceite de chorizo, que podemos usar para otras preparaciones también (...para hacer un pescado a la plancha, por ejemplo, consiguiendo un curioso sabor mar-montaña).



Después he cogido 500 ml de nata para cocinar, y la he reducido en una sartén junto con el aceite de chorizo, mezclándolo muy bien a la vez que va reduciendo. Le he añadido sal, un poco de pimienta, y para ayudarle un poco con el color, una mezcla de pimentón dulce y picante...¡el chorizo es básicamente carne, tocino y pimenton!. Después al sifón, dejándolo templar un poco.
Lo he servido en unas copas de sherry, la que recomienda el consejo regulador del Jerez. Como guarnición y adorno, los torreznos de chorizo. Se toma templado, con una cucharilla. Haré la prueba de tomarlo frío...a ver que tal, pero me da la impresión de que estará bueno también.
He de reconocer que estaba muy rico, la nata y el aire de la espuma, suavizan el sabor del aceite de chorizo, equilibrándolo muy bien.
Reservé un poco de preparación sin meter en el sifón porque cuando la probé inmediatamente supe que unos espaguettis con esta salsa estarían buenísimos...y efectívamente.
Además de dar una alternativa para los que no tengáis sifón...

domingo, 19 de junio de 2011

Remolinos de pan con chorizo y aceitunas




Me gusta mucho hacer este tipo de panes, ideales para compartir con los amigos. Se ponen en el centro y se come "pellizcandolos" con la mano. Suelo hacer este tipo de panes con masa de focaccia, pero como la masa de focaccia incluye una buena cantidad de aceite, y éste pan lleva chorizo, iba a ser demasiada grasa. He usado una receta de pan de molde, en la que el agua se sustituye por leche,(leche en polvo normalmente) consiguiéndose así un pan más esponjoso, que viene muy bien para absorber la grasa que suelta el chorizo al hornearse, que es lo que hace que este pan resulte delicioso. También le he puesto aceitunas negras deshuesadas, que combina perfectamente con el chorizo.
Es fundamental usar unas buenas aceitunas, y por supuesto un gran chorizo. Yo he usado en esta ocasión un chorizo ibérico de bellota de Sierra de Sevilla.
INGREDIENTES:
.500 grs de harina de panadería
-3 cucharadas soperas de leche en polvo (o 250 ml de leche templada)
-250 ml de agua templada.
-1 cucharada sopera de sal.
-1 sobre de levadura de panadería.
-Chorizo cortado en trocitos.
-Aceitunas sin hueso.

En un bowl amplio, mezclamos todos los ingredientes secos (menos el chorizo y las aceitunas).
Añadimos el agua templada (es fundamental que no sea ni muy caliente ni muy fría, ya que ésto haría que no funcionase la levadura y el pan no leve). Mezclamos con una cuchara hasta que veamos que la masa empiece a mezclarse. Volcamos la mezcla sobre una superficie limpia, donde seguiremos amasándola con las manos, hasta que consiguamos una masa elástica. Guardamos de nuevo en el mismo bowl y tapamos con una bolsa de plástico. Dependiendo de la temperatura de la habitación, la dejaremos reposar una hora y media o hasta que doble su volumen. Pasado este tiempo, cojemos de nuevo nuestra bola de masa, que ahora estará hinchada y la desinflamos con los dedos sobre la superficie de trabajo. La extendemos con un rodillo, hasta formar un rectángulo de o,5 cms. aproximadamente.
Una vez la masa extendida, repartimos por toda su superficie el chorizo cortado en trocitos y las aceitunas. Ahora hacemos un rollo con la masa, enrollándola por la parte más ancha de rectángulo. Cortamos ahora con un cuchillo haciendo pequeños rollitos que colocaremos en un molde desmontable circular (no he hecho fotos de este proceso, prometo hacerlo y colgarlas mañana). Dejamos levar 15 minutos mientras precalentamos el horno a 200 grados.
Introducimos en el horno aproximadamente una media hora y listo.
Servir y disfrutar.

domingo, 12 de junio de 2011

Tarta de Cerezas Fácil


Ayer me compré un deshuesador de cerezas (humm, estoy pensando que me gusta más la palabra "descorazonador")...bien, ayer me compré un descorazonador de cerezas, en el Bazar Victoria (hablo de Sevilla, www.bazarvictoria.es), un sitio en el que hay las cosas más inverosímiles para la cocina. Como tenía ganas de probarlo me he decidido a hacer una tarta de cerezas (picotas en este caso), facilísima de hacer, que no me gusta complicarme.
Así, que ayer fuí al mercado de Triana, y compré unas picotas bien maduras, que "descorazoné" inmediatamente.



Para la base de la tarta, he usado un rollo de masa brisa que tenía en el frigorífico. La masa brisa es la misma que se usa para las quiches, y siempre procuro tener alguna, aunque es muy fácil de preparar, llegado el caso (quizás sea la masa para tarta más fácil de hacer). Le he puesto un poco de azúcar moreno en el fondo, porque me gusta que las masas de tarta sean algo (poco) dulces.
Horneé la masa "en ciego", esto es, sin el relleno. 15 minutos con unas legumbres encima (sobre un papel de horno) para que no suba, y otros diez minutos quitándole las legumbres, para que se cueza bien el fondo de la masa.



Para el relleno, he hecho una crema con 200 ml de buena nata espesa, 2 huevos y una yema, 100grs de azúcar, y una cucharadita de esencia de vainilla. He dispuesto las cerezas sobre la base horneada, y he vertido la mezcla. Al horno una media hora, y ya tenemos una deliciosa tarta de temporada para la merienda.


Superfácil y riquísima.

sábado, 11 de junio de 2011

Quesos Artesanos Andaluces: Quesos Oliva






Un pequeño pueblo de la Sierra de Grazalema, Villaluenga del Rosario, una quesería sorprendente. Sorprendente porque ya nos sorprenden las cosas auténticas, hechas como manda la tradición y el cariño por lo que se hace. Cuando se llega a la quesería de Rosario nos encontramos en una casa encantadora como son las casas de los pueblos de la sierra de Grazalema. Creía que me había equivocado, semanas recorriendo queserías artesanas en Andalucía, me hacían esperar ver una pequeña nave en un polígono industrial. El interior sorprendente, en una pequeña habitación un entremijo (la pieza de madera sobre la que se aplasta el queso a mano para que vaya soltando el suero), a su lado una cántara de leche de unos 100 litros de capacidad, tapada con una manta. En su interior leche de oveja merina de Grazalema, ordeñada a mano por el marido de Rosario esa mañana de sus propias ovejas en el aprisco. En una pequeña habitación al lado los quesos madurando, algunos envueltos en manteca, que estarán un 5 ó 6 meses envejeciendo, concentrado su sabor. Los demás 60 días de maduración.
La producción: 8 quesos al día. ¿Sólo 8 quesos? pregunté sorprendido. Bueno, ahora las ovejas dan poca leche (junio), en temporada alta, hacemos queso también por la tarde, porque las ovejas dan más leche y se ordeñan 2 veces, pero durante el verano paramos la producción porque las ovejas ya no dan leche. No dejaba de estar sorprendido, en las queserías que venía de fotografiar, la producción era mucho, mucho mayor, pero ya me habían advertido que la quesería La Oliva era distinta.
Y tanto que es distinta, para empezar, Rosario aplasta la cuajada a mano dentro de la cántara, para separarla del suero, que luego quitará con un pequeño cazo. Calculo que el proceso le llevaría unos 45 minutos de paciente prensado. Luego disponen las empleitas sobre el entremijo para empezar a darle forma a los quesos. Las van llenando una a una de cuajada y empieza el proceso de ir aplastando pacientemente la cuajada dentro de la empleita ¡a mano!.Eso ya no se ve en ningún sitio,le dije... (en las queserías actuales se limitan a llenar los moldes que luego se meten en una prensa para hacer eso mismo).
Aquí no, aquí se necesita aproximadamente media hora de prensado manual por cada queso. Claro, así la producción no puede ser mayor, pensaba yo. Así es como se ha hecho siempre, repetía Rosario. Cuando acaba el proceso de prensado, en vez de meter los queso en salmuera, le ponen un gran puñado de sal encima y allí se quedan durante un día. Al día siguiente se sacarán de las empleitas y pasaran a la pequeña habitación donde madurarán al menos 60 días. Como ya dije antes, algunos se envolverán en manteca de cerdo y madurarán durante meses.
Durante todo el proceso yo no paraba de hacer fotos. Estaba sorprendido, la luz que entraba por una ventana era perfecta para las fotografías, no tuve que montar focos (menos mal, no había sitio). Hice unas 150, no podía parar.
Cuando nos despedimos, le dije que quería comprar un queso, y me dio a probar de un trozo que tiene allí para que lo prueben los posibles clientes que lleguen hasta allí. Maravilloso. No hay otra palabra. Supongo que debió ver mi cara de placer, porque inmediatamente, sacó de otra habitación un trozo pequeño de otro queso, éste envuelto en manteca. Prueba éste, me dijo, son los del año pasado. Si el anterior era bueno, este le superaba. Más seco y maduro que el anterior, con un leve sabor picantito que se quedaba un momento en el paladar ¡una copa de tinto, por favor, pensaba yo!.
Le compro también uno de éstos, le dije. No puede ser, me contestó, solo me quedan 2 y son un encargo de un restaurante que son buenos clientes míos, así que no te los puedo vender.
Mi cara debió pasar inmediatamente del placer a la decepción, porque inmediatamente me dijo: ven en Noviembre, que es cuando saco los que has visto hacer, pero ten en cuenta que en Enero ya suelen haberse terminado. O sea, que para comprar los curados en manteca, hay que ir por allí (NO SE VENDEN EN OTRO SITIO) entre Noviembre y Enero o Febrero. Allí estaré en como un reloj.
Al final la compré dos quesos de unos dos kilos cada uno, que compartiré con los amigos, porque así es como me gusta disfrutar de las cosas buenas, con buena compañía.
Cuando nos despedíamos, una última sorpresa. Hace poco encontré unos trozos de queso en aceite de hace cuatro años-me dijo- los iba a tirar, porque creía que estarían malos, pero están riquísimos, ¿quieres probarlo? me dijo. Que pregunta más tonta, pensé yo, ¡claro que sí!. Saco un pequeño recipiente de plástico lleno de aceite, y de él sacó unos trozos de queso de color chocolate. Uf, pensé, esto tiene que estar fuerte. Cogí un trozo con un poco de duda, lo reconozco, nunca había comido un queso de color negro. Dificil de describir, no era fuerte, era concentrado, buenisimo, pero para tomar poquito.
En fin, me despedí prometiendole que me pasaría por allí para llevarle las fotos. Ese día realmente disfruté de un trabajo que me permite conocer a personas como Rosario y aprender un poquito más cada vez.
Una última cosa, Quesos Oliva están en Villaluenga del Rosario C/Balmes, 1, y los ingredientes de sus quesos: leche pura de oveja cruda (sin pasteurizar), cuajo (animal, estómago de cabrito) y sal. Ecológico, 100% libre de aditivos y conservantes.
Si va por la sierra de Grazalema y le gusta el queso... ya lo sabe, es algo que solo encontrará allí.

martes, 7 de junio de 2011

Piruletas de morcilla y parmesano





He pensado este aperitivo, fácil de hacer y espectacular de resultado. Simplemente poner unas lonchas de una buena morcillasobre una "cama" de queso parmesano rallado en una fuente de hornear, sobre un papel sulfurizado. La loncha de morcilla la cogemos con un palillo de madera o bambú largo.
Seguidamente, le rallamos encima más queso parmesano y gratinamos en el horno.
El resultado es muy bueno estéticamente y la morcilla combina muy bien con el parmesano.
Se puede servir en un vaso, o como he hecho yo en uno de estos instrumentos que hay para quemar incienso.
Fundamental para conseguir este resultado, dejar que el parmesano se enfríe antes de retirar la "piruleta" de la placa de horno.
En una preparación tan simple, es fundamental por supuesto la buena calidad de los productos. Yo he usado una buena morcilla de Sierra de Sevilla y un taco de parmesano Reggiano rallado en el momento.
Espero que os guste.

La Bulla, la nueva propuesta de Pura Tasca en el Arenal




Pura Tasca, se va expandiendo poco a poco desde su diminuto refugio en Triana. A mí me viene genial que hayan abierto La Bulla en mi barrio, el Arenal (Sevilla), lo tengo a mano. Ocupando lo que en su día fue el bar Infanta, renovado ahora muy cerca, La Bulla, hace honor a su nombre, es un local ruidoso, en el que las conversaciones de todas las mesas se mezclan sin remedio. Me gusta la cocina, abierta a la sala y la decoración, con sillas y mesas que parecen cogidas de cualquier parte sin que tengan nada que ver las unas con las otras. No tiene barra, lo que es todo un riesgo en Sevilla, pero visto el éxito, no le hace falta.
El primer día que fuí, me decepcionó un poco (demasiada bulla quizás) y las tapas que probé no acabaron de engancharme. Fuí con unos amigos y compartíamos tapas. La verdad es que había tapas que eran "compartibles" y otras que no, porque apenas se quedaban entonces en una degustación mínima. Ese día me gustó el arroz, no me gustaron una "terrina" de anchoas ni la ensaladilla. A la terrina de anchoa para mi gusto le sobraba todo menos la anchoa, de gran calidad, a mi entender era simplemente mezclar algo salado como la anchoa con algo dulce (que no identifiqué). No funcionaba. La ensaladilla, bastante normal. El arroz muy bueno. Usan arroz de grano redondo, no esos arroces de grano largo que no se pasan, insípidos tan habituales en los bares de Sevilla.
Ayer fuí solo y la cosa cambió bastante. Me gustó todo lo que probé. El huevo poché con
cremoso de patatas y foie, todo un acierto (foto), el huevo perfectamente cocinado y el cremoso de patatas y foie suave, contrastando muy bien con el maiz frito que le ponen por encima. Seguí con unas "flautas" de langostinos. Muy buenas, muy bien de tamaño y espectaculares de presentación (foto). Después tomé unas piruletas de chorizo. Muy buenas, con una salsa dulce de cebolletas que lo acompañaban muy bien. Y nada más con tres tapas tan abundantes, suficiente para una persona.
Pongo una foto de la socorrida pizarra con las tapas, tan en boga en Sevilla últimamente, donde sorprende agradablemente ver que ¡no tienen mini-hamburguesa!, ¡que raro eso en Sevilla en la actualidad!, donde no hay bar nuevo que abra que no tiene mini-hamburguesa (por cierto, espectaculares las de antílope del bar La Leyenda).
En resumen, me gustó esta segunda visita y me dejó con ganas de más.